Viajar con menos plástico es posible si modificamos algunos hábitos y nos hacemos con productos más sostenibles. Puedes leer acerca de porqué es necesario reducir nuestro consumo de plástico en mi anterior post.
La verdad es que cuando se viaja se suele generar mucha basura. Encontramos plásticos desechables en todas partes: botellitas para los cosméticos, botellas de agua o refrescos, en la comida de los aeropuertos y aviones, etc.
Por lo general me he encontrado que es más fácil evitar los plásticos cuando vives en un sitio estable que cuando viajas, generalmente porque desconocemos dónde comprar a granel o porque el tiempo limitado nos impide seguir este estilo de vida.
A veces es muy difícil evitar el plástico, pero también hay muchas opciones que nos permiten reducir el uso de envases desechables.
Hay que tener en cuenta que los productos reutilizables pueden parecer caros de entrada, pero suelen durar más que los tradicionales, son sostenibles para el planeta y están fabricados de una forma más ética que los tradicionales. A la larga, invertir en estos productos nos sale mejor, y acabas ahorrando dinero.
“Con nuestro dinero votamos en qué mundo queremos vivir”
Ally de Viamalama
También es verdad que cuanta más demanda haya de este tipo de productos, se buscarán formas de producir más eficientes y los precios bajarán.
En este post quiero enseñaros algunas compras que hice para nuestro viaje de dos meses por el sud-este asiático y Japón.
Lo primero y más básico para mí para viajar con menos plástico (y reducirlo considerablemente) es la botella de agua de acero inoxidable. Compré una para mi chico, ya que yo llevo usando la de Natura des de hace meses y me parece de lo más práctico.
Me la llevo a todas partes y no hay que comprar botellas innecesarias nunca. Simplemente hay que acordarse de vaciarla antes de pasar el control del aeropuerto y volverla a llenar una vez dentro en alguna de las fuentes de agua que suele haber.
La de mi chico es de la marca Laken y la compré en Amazon, no conocía esta marca pero parece muy buena. Hicimos una prueba de meter agua templada en las dos botellas en la nevera durante toda la noche. Cómo son botellas aislantes (tanto para líquidos fríos como para líquidos calientes), la botella de Natura enfrió un poquito el agua, pero la botella Laken no enfrió nada, con lo que su función aislante la cumple a la perfección.
El cepillo de dientes es otro básico muy fácil de cambiar por una versión más sostenible, tanto para viajar con menos plástico como para tenerlo en casa.
Existen muchas marcas que venden cepillos de bambú, una alternativa vegetal muy ecológica ya que se trata de una planta muy resistente y que crece muy rápido. Al final de su vida útil se degrada de forma natural si lo echamos al contenedor correspondiente.
Mi primer cepillo lo compré de la marca Ecobamboo, pero esta vez quería probar la marca Outdoor Freaksz. Normalmente la mayoría de cepillos de bambú tienen las cerdas de plástico no biodegradable por lo que hay que separarlas del mango antes de compostar. Esta marca parece que es 100% biodegradable, incluidas las cerdas que están optimizadas con carbón de bambú.
Con el cepillo también me compré una cajita de transporte que la verdad, fué un capricho y nunca he tenido ninguna pero he de reconocer que es genial para viajar, ya que no me gustaba el meter el cepillo dentro del neceser con el resto de accesorios. También es de bambú, ecológica y biodegradable, de la marca Hydrophyl.
La pasta de dientes es otro producto que deberíamos sustituir rápidamente, no sólo para viajar con menos plástico, si no que también en casa. Las pastas de dientes convencionales llevan muchos ingredientes poco saludables y además, es otro envase que no se recicla y va a parar a los vertederos.
Yo empecé haciendo una receta casera (comparto esta receta de Trash is for Tossers), y la verdad es que funciona siempre y cuando dispongas de los ingredientes base naturales en casa (y en packs grandes a poder ser).
El problema para mí es que no es muy práctico viajar con este tipo de pasta de dientes pues el aceite de coco que es el ingrediente principal se deshace fácilmente y a veces puede derramar, a parte de que no es fácil ir haciendo la receta mientras viajas.
Así que probé esta de Lamazuna que es formato sólido, vegana, no testada en animales, con ingredientes completamente naturales y muy pequeña, a pesar de que supuestamente dura más de un tubo de pasta convencional. Además tanto el envase como su contenido es completamente biodegradable.
Después de probarla unos días, considero que se trata de una pasta más cómoda para tener en casa en un posavasos, ya que al tener este palito de “helado”, ocupa más espacio del necesario y hay que esperar a que seque antes de guardarlo. Así que en mi caso, cuando haya gastado este, me decantaré por probar el dentrífico natural de la marca Georganics.
El desodorante puede ser un producto conflictivo o arriesgado ya que se trata de algo muy personal y a todos nos gusta oler bien a lo largo del día.
Cuando empecé a investigar sobre el tema Zero Waste, descubrí la inmensa cantidad de cosas que puedes hacerte en casa. Tambén probé la receta de desodorante casera de Trash is for Tossers, pero por comodidad, y porque no siempre las recetas funcionan, empecé a probar otros desodorantes sólidos comerciales.
De momento el único que he probado es este de la marca Schmidt’s y me encanta! Ocupa muy poco espacio, huele fenomenal, és vegano, sin testar en animales, ingredientes naturales y el primero que tuve me duró tres meses de viaje! Ahora me he decantado por el de olor a vainilla de la misma marca. El envase, una vez terminado el producto, puedes reutilizarlo.
Otra forma de viajar con menos plástico y viajar ligero son los jabones y champús sólidos. Me pasé al sólido por las mismas razones de siempre: suelen ser jabones hechos con ingredientes naturales, no dañinos para mi pelo ni para el medio ambiente, ocupan poco y duran mucho!
Mi champú es de la marca artesanal NEVEN, me lo compré en Noruega y va genial. También me compré un jabón de la marca The Printed Peanut porque está elaborado con ingredientes que repelen de forma natural a los insectos, cosa que sería útil para mi viaje.
La marca Lush también ofrece gran cantidad de jabones y champús sin plástico.
Para transportarlos uso la cajita metálica de Savon du Midi, aunque Lush también tiene algunas.
Hace tiempo que me pasé a la copa menstrual y las compresas de tela, y aunque puede parecer raro o incómodo al principio, se trata de una de las formas de cortar con una gran cantidad de desechos y contaminación al instante.
También leí que en el sud este asiático es bastante difícil encontrar tampones y compresas, que además suelen ser caras. No recuerdo donde compré la copa pero es de la marca Lily Cup y las compresas reutilizables son de la marca Semilla Roja (diseñadas y fabricadas en Barcelona).
Me costó mucho decidirme y encontrar una marca que me gustase y cumpliese todos mis requisitos. Al final, tuve que optar por una marca que no cumplía uno de mis requisitos principales, ya que la crema solar no era vegana porque llevaba alguna cantidad de cera de abeja. No siempre se puede ser 100% coherente… Lo que sí cumplía:
Pocos ingredientes y todos naturales.
Ingredientes biodegradables que no afectan ni degradan los ecosistemas marinos.
El 50% del embalaje es de plástico reciclado.
Si alguien conoce una buena marca que sea vegana y sostenible, por favor que la comparta en los comentarios!
Un producto que necesitaba al viajar al sud-este asiático. Buscando una opción vegana, con ingredientes naturales y zero waste, lo único que encontré fueron estos dos repelentes:
El de la marca Biopark cosmetics, que está formulado con ingredientes naturales y aceites esenciales, pero el embalaje es de plástico.
El de la marca Akamuti que es un roll-on portátil para llevarte a todas partes, y éste viene en un bote de cristal. En mi caso, el primero me lo aplicaba en casa o antes de ir a dormir y el otro lo llevaba siempre encima.
Compré un portabocatas de Roll’eat, diseñado en Barcelona (aunque fabricado en China, pero dicen que están investigando para cambiarlo), que además sirve como mantel.
Aunque no le dí mucho uso durante el viaje, ya que en esos países la comida era muy económica y salíamos siempre fuera, es algo que hacía mucho tiempo que buscaba. Un envoltorio para comida (bocadillo, pastas, fruta..) que evitase el uso del papel de aluminio! Después del viaje lo he usado mucho, así que lo recomiendo.
Y estos son mis básicos para viajar con menos plástico y no generar tanta basura. Realmente es muy difícil o prácticamente imposible seguir un estilo de vida completamente “zero waste”, sobretodo al principio cuando estamos acostumbrados a vivir rodeados de plástico.
Pero poco a poco, pasito a pasito, vamos aprendiendo. Cualquier avance en nuestra vidas, por pequeño que sea, es un progreso. Yo llevo un año leyendo sobre este tema e intentando aplicar cositas en mi vida diaria y me queda un largo camino!
Os ha gustado el artículo? Qué producto añadirías? Muchas gracias por leer!
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