Es muy común y humano pensar que como individuos no somos capaces de generar un cambio en la sociedad o de aportar algo. No hay nada más lejos de la realidad en este pensamiento. Todos y cada uno de nosotros podemos aportar algo en cualquier ámbito que deseemos.
En cuanto al océano, es nuestra casa, nuestro pasado y nuestro futuro. Dependemos de él en una medida que no todo el mundo se imagina, y por eso debemos cuidarlo y protegerlo si queremos que generaciones futuras tengan las mismas oportunidades y vivan con la misma calidad de vida de la que nosotros hemos podido gozar.
Durante mi estancia en Gili Trawangan, hice un curso de especialización en ecología marina y de tiburones (SSI Marine Ecology + SSI Shark Ecology) que me enseñó, de forma muy introductoria, cómo funcionan los océanos y porqué debemos protegerlos, así como a sus habitantes. Quería compartir esta información con vosotros para que también tengáis la oportunidad de saber que es importante que todos nos impliquemos en realizar pequeñas acciones en nuestro día a día que nos guíen hacia un futuro mejor para nosotros y para nuestra Tierra, ya que de momento, no tenemos un planeta B en el que vivir.
Porqué se llamará planeta Tierra, si realmente está cubierta por un 71% de agua? Éste es nuestro planeta azul, y gracias a todo este H2O, existe la vida. No sólo las primeras criaturas aparecieron en el mar, si no que actualmente cerca del 82% del oxígeno que respiramos proviene de él, concretamente de organismos y plantas marinas. Los océanos juegan un papel muy importante, ya que regulan el clima y la atmósfera, y éste es el hogar de muchos animales y plantas que forman parte de distintas cadenas alimentarias.
La naturaleza es muy sabia, y es capaz de por sí sola mantener un equilibrio perfecto entre las poblaciones de diferentes especies de seres vivos. Los animales interactúan e influyen entre sí: se comen unos a los otros, se agrupan, proporcionan cobijo a otros e incluso cooperan. Ningún organismo vive aislado del ambiente ni de los otros organismos que lo comparten, lo que quiere decir, que la desaparición de una especie, por insignificante que nos parezca, como puede ser algún tipo de gusano, podría desencadenar graves efectos en otras, por ende podría afectar nuestra supervivencia también.
Los corales, por ejemplo, son una estructura muy importante de los océanos. Gracias a estos animales (sí, son animales, no plantas) un gran número de seres vivos pueden alimentarse y encontrar cobijo a su alrededor. Muchos de estos seres vivos son presa de otros depredadores más grandes, como las tortugas y los tiburones, y así sucesivamente.
En las islas Gili, lo que más me sorprendió fue ver las playas llenas de corales muertos. Indonesia es conocido como uno de los grandes paraísos del buceo, con increíbles formaciones de corales y vida submarina. En Gili, prácticamente todas las playas almacenaban cementerios de estos animales. Al bucear no fue distinto. Aún hay vida y diversidad de peces, pero también una gran parte de coral blanqueado (es decir, a punto de morir) y destrozado en el lecho marino.
Los corales mueren debido a pequeños cambios en la acidez y/o temperatura del agua, generalmente producidos por el calentamiento global, la pesca intensiva, al mal uso de las barcas en la costa, etc. Actualmente se están produciendo episodios de blanqueamiento alrededor del mundo, y eso no es nada bueno, ya que como hemos visto, forman parte de la base de la cadena alimentaria en los océanos. El documental de Netflix “En busca del coral”, explica muy bien porqué se está produciendo esta desgracia y nos propone algunas soluciones.
En el otro lado de la cadena trófica, los tiburones juegan un papel importante en el mantenimiento del equilibrio de los ecosistemas marinos. Como grandes depredadores, forman parte de la zona más alta de la cadena alimentaria, manteniendo el nivel de peces de la cadena inferior controlados, ya que se alimentan de los ejemplares más débiles o enfermos. Esto, por una parte proporciona a los peces el beneficio de que sólo los “mejores” de la especie sobreviven y se reproducen, proporcionando un indicador de salud del océano. Por otro lado, se mantiene el equilibrio en el ecosistema, ya que si no hubiese depredadores, los peces se reproducirían sin límites, y acabarían pronto con la siguiente cadena trófica, cosa que podría desencadenar graves consecuencias para el ecosistema.
Actualmente los tiburones están siendo capturados a unos ritmos insostenibles. Se capturan principalmente para obtener las aletas y hacer sopa de aleta de tiburón, un alimento muy preciado en los países asiáticos, aunque también se utiliza el hígado para muchos de los productos cosméticos que usamos en el día a día (por eso es tan importante asegurarnos de que nuestros cosméticos son veganos!).
Se trata de una práctica muy cruel, ya que se captura al tiburón, se le cortan las aletas en vivo, y el resto se tira al mar, y el tiburón cae agonizando en las profundidades.
Se estima que cada hora mueren unos 11.416 ejemplares alrededor del mundo.
También muchos tiburones acaban en las redes de pesca, de forma accidental, formando parte de la especie no objetivo. Se calcula que cada año se pescan decenas de millones de tiburones sólo como captura accidental.
A principios del siglo XXI, Indonesia se convirtió en el principal productor de tiburones del mundo para proveer a sus clientes de Singapur, Hong Kong y China. Recientemente, Madison Stewart, una australiana activista por los tiburones, grabó un pequeño documental sobre la pesca de estos animales en Lombok, la isla a la cuál pertenecen las islas Gili. Contiene imágenes un poco duras, pero lo recomiendo tanto para concienciarse de las atrocidades que se permiten al consumir una simple sopa o comprando un cosmético con ingredientes de tiburón, pero igualmente también por la belleza en la que el documental está filmado. El documental se llama “Turismo frente a pesca de tiburones”.
Otra cosa que por desgracia vi mucho en las Islas Gili fue la basura en la calle y en el mar. Están increíblemente sucias (aunque no dejan de ser un pequeño paraíso), sobretodo Gili Air. Por desgracia, aunque es cierto que quizás en estos países aún falta mucha educación en cuanto al tema de reciclaje adecuado, mucha de la basura pertenece a los turistas e incluso llega de otras partes del mundo, como podría ser occidente. Por lo tanto, es un trabajo de todos y cada uno de nosotros reducir la cantidad de plástico que desechamos y de basura en general que producimos.
Las tortugas verdes, que veía prácticamente en cada una de mis inmersiones, se encuentran actualmente en peligro y una de las razones es porque mueren agonizando cuando se les clava una pajita de plástico en la nariz, o bien asfixiadas al comerse bolsas de plástico confundidas por medusas, su alimento favorito.
La conclusión de este artículo es que todos deberíamos reflexionar sobre cómo nuestros actos diarios influyen en nuestro entorno directo e indirecto, y comprometernos a reducir nuestra huella de carbono a unos niveles más sostenibles.
Está demostrado que comer carne y productos de origen animal es una de las prácticas menos sostenibles que tenemos actualmente, por lo que una forma de reducir drásticamente nuestra huella es eliminar este tipo de productos de nuestra dieta (o reducir su consumo). Por otro lado, viajar de forma más consciente y pedalear más o usar el transporte público, serian las mejores opciones. Finalmente, reducir el consumo en general, comprar de forma más consciente y rechazar por completo los plásticos de un solo uso contribuirán de una forma increíble en mejorar la salud de nuestros océanos.
Por suerte, el parlamento Europeo ha creado una norma en la que a partir del 2020 se prohibirán los plásticos desechables en toda la Unión Europea, y en el 2025 las botellas de plástico. Sin duda un gran paso!
Aún así, no debemos dejar que pase el tiempo y intentar realizar pequeños movimientos nosotros mismos, ya que notaremos los efectos positivos tanto en nuestra salud como en la de nuestro planeta.
Espero que te haya parecido interesante el artículo, y si quieres aprender más sobre los océanos y sus habitantes recomiendo la página web de Oceana.
Estos amiguitos de Gili Trawangan esperan a que des el paso!
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