Oslo es la ciudad más cosmopolita y la capital de Noruega. Una ciudad moderna e internacional en la que puedes apreciar el buen gusto de la gente al vestir, el cuidado en la decoración de los locales y la limpieza de las calles. Paseando por la ciudad, nos encontramos con varias curiosidades y sitios dignos de mencionar:
1. Las esculturas de los submarinistas
Conocidas como “Dykkar skulptur”, son una serie de esculturas de submarinistas colgados de un cable de acero. Éstos están colocados de forma que parece que se dirigen al agua para sumergirse… El nombre tiene un doble significado, tanto “escultura submarinista” como “vuestra escultura”, haciendo referencia a que ésta fue un regalo para el público noruego.
2. La Ópera de Oslo
Todo el que me conoce sabe que me encanta la danza. Por eso intento visitar la sede de los bailarines de cada una de las ciudades que visito. Por desgracia, una entrada al ballet de Oslo es demasiado cara como para poder disfrutar de un espectáculo, pero una visita al edificio, muy característico por su original forma, valió la pena. Resulta que está inspirada en las montañas Noruegas, y como aquí toda la naturaleza puede ser explorada libremente y de forma gratuita, puedes hacer lo mismo con la Ópera.
3. El iceberg junto la Ópera
“She lies” es el nombre de esta curiosa escultura que permanece al lado de la Ópera. Lo más curioso es que no es estática, si no que se mueve según el viento y la marea. La artista declara que representa la forma de un iceberg que podría haber terminado, debido al cambio climático, en el fiordo delante de la Ópera.
4. La Patinadora del parque de Vigeland
El Parque de Vigeland se caracteriza por estar repleto de esculturas, es uno de los lugares más emblemáticos de Oslo. A mi las esculturas no me gustan demasiado, pero la de la patinadora Sonja Henie me pareció muy bonita.
5. El jardín botánico
Para mí, uno de los sitios más bonitos y más interesantes de Oslo, especialmente los invernaderos. El parque cuenta con gran variedad de plantas, todas nombradas, un museo y un par de invernaderos.
Lo mejor de todo es que todas estas visitas son gratuitas, y si te traes tu comida puedes disfrutar de un día en la ciudad gratis!
Por último, esta visita es gratuita si no entras en el museo:
6. Torre y museo de esquí Holmenkollbakken
Se encuentran a unos 20 minutos en metro de la ciudad y se trata del famoso salto de esquí y el museo más antiguo del mundo en su especialidad. Se puede subir a la torre y observar las vistas de la ciudad de Oslo, y si eres valiente (y tienes unas cuantas coronas disponibles) puedes bajar en tirolina! A nosotros nos faltó el dinero (y a mí seguramente la valentía).
El museo es de pago, pero vale la pena visitarlo ya que hay mucha información interesante sobre las primeras expediciones polares noruegas (los famosos Nansen y Amundsen) y algunos de los artefactos disponibles en aquella época.
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